Tal vez la necesidad más grande para el buen desarrollo de un proyecto artístico es contar con colaboradores dispuestos a darlo todo por aquella propuesta. Esto se puede aplicar tanto a bandas como a sellos o incluso a festivales. Es ahí donde se hace tan importante el rol de una trabajadora de la música como lo es María Eugenia Godoy, más conocida como «Peca«, quien hace cinco años es mánager de la agrupación de rock alternativo Franja de Gaza y que también es pieza fundamental dentro de la organización de Festival Aldea, uno de los eventos más atractivos de la música independiente en Santiago, que este año realiza su octava edición, luciendo el cartel más llamativo en su historia.
Aldea en esta oportunidad contará con nombres como Jemmy Button, Anisas, Antes de Nacer, Franja de Gaza, Yorka, La Brígida Orquesta, Cómo Asesinar a Felipes y Kuervos del Sur, proyectos que musicalmente son muy diversos, pero que tienen en común una carrera en ascenso y audiencias muy participativas.
Conversamos con Peca Godoy para conocer más sobre su trabajo en la música independiente y también tener detalles de lo que pasará este sábado en el Arena Recoleta con Aldea Festival.
¿Cómo es que una persona ligada a la construcción se acerca al mundo de la música y cómo eso deriva a involucrarse con la gestión, la producción y el trabajo con bandas?
Todo comenzó con “Rumba magazine”, revista de difusión cultural, por allá por el 2012. Un hermoso proyecto en el que mi tía, que es periodista, trabajaba como colaboradora y me invitó a colaborar como fotógrafa. Ahí conocí el concepto de crear audiencia, el mundo de postular a fondos, la gestión cultural y la música en vivo. Siempre me ha gustado la música, en mi familia es importante, y me he rodeado de músicos desde chica.
A la gestión llegué porque empecé una relación con César, teclado y guitarras en Franja de Gaza, y a la segunda tocata que fui (año 2013) vi a los chicos complicados y me hice cargo de todo lo que no era música: la lista, las entradas, el trato con el bar, que por lo demás era bastante poco conveniente para nosotros. Fue una tocata particularmente complicada e incómoda, al final los cabros dijeron “lo hiciste súper, seria bacán que nos apoyaras en esto… ¿te tinca?” Y a mí que me gusta poco el hueveo, sumado a que la revista estaba cada vez más cerca de terminar, dije ¡obvio!

Cuando entré en la revista también me empecé a educar en lo que es gestión cultural, hay tantos talleres buenos y gratis sobre el tema. Yo voy a todos. Y siempre recomiendo que vayan a los talleres y aprovechen las instancias, aunque no se dediquen a la gestión cultural es importante saber cómo se mueven todos los niveles dentro de la industria cultural.
¿Cómo ves la participación de las mujeres en el panorama actual de la música chilena, en tiempos donde las trabajadoras de la música parecen haber alcanzado mayor visibilidad?
Mi percepción es que estamos ganando terreno, y lo veo no solo en esta industria sino que, yo trabajo en el área de la construcción también, y en ambas áreas veo que las mujeres están siendo buscadas porque, básicamente, hacemos la pega mejor. También me parece perfecto que se exija la participación de mujeres en las parrillas de los festivales, en las directivas (como lo que está ocurriendo en la SCD) y en los equipos técnicos. Porque es una forma de visibilizar el cambio y de decir “estamos acá, estamos conscientes, dispuestas a todo, y si tenemos que exigir o imponernos, lo haremos”.
¿Cómo ves el impacto y la importancia de tu trabajo como mánager al colaborar con una banda como Franja de Gaza? ¿Cómo incide la presencia de una gestora en el desarrollo de una banda o un festival?
Mas allá del nombre que tenga el “cargo”, creo que los proyectos artísticos en general, no solo musicales, necesitan personas que los apoyen en diferentes áreas, ya sean contratados o como apoyo amoroso. En mi caso, el resultado de mi pega con Franja de Gaza salió de una postura de amor, de creerles y de que me encanta la música que hacen, o sea, yo creo en el proyecto y porque creo en el proyecto pongo mi trabajo y mis conocimientos al servicio del mismo. De ahí empecé a fijarme en detalles no tan detalles. Me fijé, por ejemplo, que las redes sociales no se utilizaban de manera constante, así que me hice cargo de eso. Lo de ser mánager se dio de manera natural. Empecé a hacerme cargo de la agenda, acordamos que todas las invitaciones pasaban por mí y así yo podía reunir toda la información técnica, el trato, los horarios, etc. En Franja de Gaza tenemos un sistema de roles súper claros, de repente se nos desordena y hacemos nuestra reunión mensual y lo ordenamos de nuevo. Funcionamos como una cooperativa, diría yo, de manera horizontal, sin jerarquías y todos hacemos algo según sus propias capacidades. Finalmente, en el festival es lo mismo, funcionamos de la misma forma, tenemos roles, organizamos entre todos. En el fondo en ambos proyectos somos un equipo, funcionamos todos como engranajes, nos llevamos la raja, carreteamos, nos reímos, peleamos también, obvio, somos una familia.
Llevamos 5 años invirtiendo en ambos proyectos porque creemos firmemente que llegara un punto en que podremos vivir de esto.
¿Qué significa para ti como trabajadora de la música y también como gestora la posibilidad de realizar el Aldea 2019, con un cartel que claramente cuenta con nombres muy activos, y que tendrá lugar en un recinto apto para esperar una mayor convocatoria?
Chuta, si te digo la verdad, estamos enamorados del festival Aldea, en general, y de esta, la 8º versión, mas aún. Este cartel está hecho de puro amor y apañe de bandas independientes, ellos están alineados con todos nuestro objetivos e ideales. El Aldea cubre tantos objetivos de nosotros como equipo. Educar al público, darle espacio a otras bandas emergentes aparte de mostrar a Franja de Gaza, tocar con las bandas que son nuestros referentes, posicionar nuestra productora, porque también tenemos una productora que estamos empezando a mover, y también hacer tocatas, simplemente porque nos gusta levantar tocatas.
Aldea Festival se llevará a cabo en el Arena Recoleta, el sábado 26 de enero, desde las 16:00 horas. La preventa ya está agotada, pero aún se puede acceder a la «Promo Aldea» por sistema Eventrid, que consta de 4 entradas por el precio de 3, con un valor de $8.000 pesos cada una. Para quienes compren en puerta el mismo día, el valor será de $10.000.