Sigo pensando en el show de despedida de Camila Moreno. En una de esas voladas en las que uno se va cuando disfruta mucho de una artista o de una obra, me di cuenta que el concierto que comenzó hace dos semanas todavía no acaba y que, ahora mirándolo con distancia, lo que hizo Camila en su despedida servirá como una referencia para las y los artistas que vienen más atrás. Tal vez estas anotaciones viscerales ayuden a entender mejor lo que pasó esa noche, lo que sigue pasando.
Con esta afirmación me refiero a su innegable calidad como compositora e intérprete, a lo interesante de su proyecto multidisciplinario «Pangea» (puedes conocerlo en esta entrevista de Inmortal), a su carisma y fuerza, a la solidez de su banda y lo atractivo de sus invitados, pero sobre todo hablo de la sobresaliente construcción de ese espectáculo en particular, montado con material sólido desde lo más macro. Ser capaz de estar a la altura de la circunstancia e incluso más arriba, pensando en un show con diversas secciones, discursos, personalidades, ideales, simbolismos y juegos es un tremendo desafío y la creadora de ‘Incendié’ lo logró con creces, haciendo que este momentáneo último acto en vivo fuera una experiencia extensa y envolvente pero nunca empalagosa.
Invocaciones y brujería en vivo
No recuerdo haber ido a un «concierto de rock» donde la artista tuviera la perspectiva suficiente para decidir enfrentar al público sola y apoyada sólo por micrófonos ambientales. El Caupolicán es un lugar grande, no cualquiera la hace. Así fue la sección de la «invocación», donde Camila Moreno transformó a todas esas almas de cancha y galería, en un sonido salvaje y hermoso, como si la cantante se fuera adentrando en una fuerza avasalladora que habita en una cueva perdida en el bosque.
Ese ritual destrozó la barrera entre el público y la artista, logrando que todos cruzaran hacia el otro lado y se conectaran con ese mar de voces. Aquel momento mágico que Camila potenció con ‘Cosas que no se rompen’ dio paso a una serie de canciones en formato acústico con invitados especiales, matizando estratégicamente las energías que se mostraron esa noche.
Energía femenina e indomable
Trato de recordar un concierto que incluyera un gran repertorio, destacados invitados, seres extraños, distintos actos y además un fuerte contenido social, tantos mensajes importantes disparados a la mente y al corazón, y no se me viene ninguno que le pueda hacer el peso al de Camila Moreno aquella noche.
La artífice de «Mala Madre» abraza fervientemente la causa feminista desde hace un par de años y ahora esta lucha está más presente que nunca en Chile con universidades en toma y marchas a lo largo del país. En realidad, movilizaciones alrededor del mundo. Es por eso que una de las colaboraciones más extrañas de la noche cobró tanto sentido.
«No lo hagas, no lo digas, todos los días matan una mujer y tú insistes en que es mentira» vociferaba la actriz y comediante Natalia Valdebenito en una versión de ‘Millones‘ que mutó tanto en lo sonoro como en lo discursivo, entregando aún más cohesión y potencia a un mensaje que estuvo presente durante toda la jornada.
Y es que la música es un escenario también, un lugar donde compartir ideas y nutrirse de diversos pensamientos. Camila Moreno no iba a desaprovechar la convocatoria, así que incluyó la intervención de Javiera López, Secretaria General de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH), quien invitó a los asistentes a sumarse al movimiento.
«Hoy hemos aprendido: nosotras ya no tenemos miedo. Esta sociedad, la cual estamos todos y todas invitados a construirla, y ahí está el llamado también a los compañeros, porque no nos sirve que se queden en la casa, tiene que ser dirigida a nuestras amigas, a nuestras madres, a nuestras abuelas, a nuestras hijas. Porque hoy día el feminismo es para todo el mundo, la transformación avanza a pasos agigantados, con determinación, con masividad, y eso es el feminismo» comentó Javiera en el discurso que vale la pena revisar completo en este registro de los colegas de El Desconcierto.
Ruidos de otros insectos salvajes
Los invitados aumentaron el calibre del ataque, cada uno con una personalidad distinta pero todos muy respetuosos de la obra que interpretaron. Ninguno sobresalió por sobre otro, justamente porque cada uno encajó perfecto en su momento y porque la anfitriona nunca perdió protagonismo. Así fue como pasó Natisú en una potente interpretación de ‘Raptado’, Javier Barría en ‘Esta noche o nunca’, el trasandino Lisandro Aristimuño en ‘Lo cierto’, Manuel García en la sección acústica con ‘Cuatro heridas’, Ana Tijoux en ‘Yo enterré mis muertos en tierra’ y Natalia Valdebenito en ‘Millones’.
Mención aparte merece la inclusión de los extraños seres que antes y durante el espectáculo deambularon llamando la atención de los asistentes. Toda una experiencia, todos conviviendo en Pangea, incluso danzando y arrojando mundos en la parte final del show. Pupila Spectra también hizo lo suyo en la apertura preparando los sentidos para una noche llena de psicodelia y experimentación. La banda de Diego Perinetti, Max Soublette y Camilo Bywaters tocó cinco canciones y tuvo como invitada a Yanara Zarhi (Las Brumas), quien también se sumó a los coros de Camila Moreno.
En lo estrictamente musical podemos destacar muchos pasajes del concierto, todo estaba dispuesto para que cada canción fuera coreada y engrandecida, pero recuerdo haber sido testigo de una reacción muy especial por la mística que rodea a ‘Piedad’, acaso la composición más densa y envolvente del repertorio. Otro momento desbordante fue el vivido en ‘Libres y estúpidos’, cuyo riff distorsionado se elevó como el sonido de un trueno, rebalsando la excitación del público. Euforia pura, automática, incontrolable.
En un momento del espectáculo, Camila dijo «se viene la música independiente» y no pude evitar pensar en las artistas que podrían seguir sus pasos a futuro, tanto por su propuesta musical como por su discurso, y se me vinieron a la cabeza nombres como Chini and the Technicians, Las Brumas, Lourdes Liss y Cancamusa. Todas muy recomendadas.
¿Quiénes tomarán este concierto de despedida como referente de integridad artística? Seguramente varios de los músicos que estuvieron esa noche entre el público algo aprendieron. Fue una clase magistral, doy fe de aquello.
Pero no le pongamos tanto dramatismo. Camila Moreno volverá pronto y, tal como ha sido la tónica a lo largo de su carrera, regresará con una propuesta cada vez más interesante, pelacables y superior en todos los sentidos. Eso seguro.
Si quieren escuchar el show completo, pinchen aquí.
Agradecimientos especiales a Javier Cortés – EvilCorp por las imágenes. Revisen la galería acá.
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Texto por Kotalo Gallardo.